En la locución latina
"Magister Dixit" se debe entender que la autoridad sabe lo que dice y
con ello declara la última palabra, siendo esta palabra un oráculo que
define la forma de una realidad más allá de lo evidente.
Los símbolos son manifestaciones universales, y el surgimiento de estos obedecen a una fuerza arquetípica, su interpretación está sujeta al sentido más profundo de esta fuerza; de tal manera que la hermenéutica de estos textos no puede ser desde la perspectiva Hans-Georg Gadamer.
El mal uso de todo poder corrompe, la interrogante es:
¿controlarás tú poder o dejarás que el te controle?
Cuando un individuo adquiere un gran poder el uso o mal uso de ese poder lo será todo; será por el bien común, se usará con fines personales o destructivos, es una pregunta que todos debemos de hacernos; cuándo es aceptable usar nuestro poder, o cuándo cruzamos esa línea invisible.
El cuarto trabajo de Heracles
El cuarto trabajo de Heracles
La red que Heracles utiliza para atrapar al jabalí nos habla de la interrelación que existe entre el todo y nuestras acciones, es el gran espíritu existente entre nuestra naturaleza interna y externa.
Las fuertes cadenas con que ata al jabalí nos hablan de la libertad interior que surge de la comprensión de las ataduras que nos rigen -¿obedezco ese llamado interior?; el llamado a la integración.
El jabalí de Erimanto era una bestia salvaje. Cuentan algunas versiones que este monstruo ctónico además de hacer estragos en el campo que lo rodeaba también se comía a los hombres, sin duda alguna se mostraba tal cual su naturaleza, un espíritu del inframundo.
En la vida del hombre todo periplo enmarca dos direcciones, una hacia el interior donde solamente nos encontramos lo que hay en nosotros mismos, y en lo exterior la manifestación de nuestra realidad interior que generalmente no queremos reconocer; de tal manera que todo se resume a una situación para vivir y de ello aprender.
Al negarnos a vivir y aprender acrecentamos al monstruo en nosotros, que como el jabalí diezmando los campos que dan el fruto para la vida mermamos nuestra energía vital hasta el punto de destruirnos, aquí estamos ante la bestia salvaje, ¡nuestra sombra!, producto de lo que negamos y rechazamos de nuestra naturaleza.
Los centauros eran unos seres lujuriosos, salvajes, conocidos y temidos por sus apetitos incontrolables, así como su violencia, a excepción del centauro Guirón -también conocido como Quirón.
Guirón -sabio versado en artes y ciencias, maestro de muchos héroes- fue herido en forma accidentada, dicha herida no podía ser curada ni con hierbas y ungüentos mágicos, de tal manera que el sabio centauro prefirió morir cediendo su inmortalidad a Prometeo; ello simboliza que el elemento transformador de la realidad es enfrentar nuestra sombra, misma que no puede ser aniquilada, solo transformada con el fuego sagrado de la conciencia.
Al tomar consciencia y conciliar los opuestos nos convertimos en un todo, ¡siempre dinámico!
El canto de la sombra
Soy el que Soy, tu Sombra, la que no quieres ver y pretextas no poder.
¡Cuántas veces yo te hablé!, Hasta te supliqué; de distintas maneras te llamé. ¡Cuán fiel he sido a ti! Luz que tú te negaste, me rechazaste, me abandonaste, no me reconociste, siempre te he impulsado... ¡¿qué hiciste?! ¡Me has convertido en un monstruo! He sido para ti un paria en tu existencia.
Ahora, mis manifestaciones de amor para ti son el sufrimiento, el dolor y la desgracia. Dices aborrecerlos y no te quieres dar cuenta que les amas, que tú los engendras.
Te sientes cómodo no sintiendo, mintiéndote, traicionándote y en tu supuesta inconsciencia hasta te atreves a exclamar: “¡Oh, Dios!, ¿cómo pudiste hacerme eso a mi?...” ¡Blasfemo!
Bueno, pues ahora veme, siénteme y tócame; soy tu liberación, soy tu lección, soy tu esencia negada... ¡Soy el que Soy... tú Sombra!
Reflexión
El poder que surge de conocernos nos da libertad, pero también lo podemos usar para dominar.
Una vez en la página dar clic sobre el ángel.
Fuentes
Imagen 1. http://troyarev.blogspot.mx/2011_01_01_archive.html
El jabalí de Erimanto era una bestia salvaje. Cuentan algunas versiones que este monstruo ctónico además de hacer estragos en el campo que lo rodeaba también se comía a los hombres, sin duda alguna se mostraba tal cual su naturaleza, un espíritu del inframundo.
En la vida del hombre todo periplo enmarca dos direcciones, una hacia el interior donde solamente nos encontramos lo que hay en nosotros mismos, y en lo exterior la manifestación de nuestra realidad interior que generalmente no queremos reconocer; de tal manera que todo se resume a una situación para vivir y de ello aprender.
Al negarnos a vivir y aprender acrecentamos al monstruo en nosotros, que como el jabalí diezmando los campos que dan el fruto para la vida mermamos nuestra energía vital hasta el punto de destruirnos, aquí estamos ante la bestia salvaje, ¡nuestra sombra!, producto de lo que negamos y rechazamos de nuestra naturaleza.
Los centauros eran unos seres lujuriosos, salvajes, conocidos y temidos por sus apetitos incontrolables, así como su violencia, a excepción del centauro Guirón -también conocido como Quirón.
Guirón -sabio versado en artes y ciencias, maestro de muchos héroes- fue herido en forma accidentada, dicha herida no podía ser curada ni con hierbas y ungüentos mágicos, de tal manera que el sabio centauro prefirió morir cediendo su inmortalidad a Prometeo; ello simboliza que el elemento transformador de la realidad es enfrentar nuestra sombra, misma que no puede ser aniquilada, solo transformada con el fuego sagrado de la conciencia.
Al tomar consciencia y conciliar los opuestos nos convertimos en un todo, ¡siempre dinámico!
El canto de la sombra
Soy el que Soy, tu Sombra, la que no quieres ver y pretextas no poder.
Te sientes cómodo no sintiendo, mintiéndote, traicionándote y en tu supuesta inconsciencia hasta te atreves a exclamar: “¡Oh, Dios!, ¿cómo pudiste hacerme eso a mi?...” ¡Blasfemo!
Bueno, pues ahora veme, siénteme y tócame; soy tu liberación, soy tu lección, soy tu esencia negada... ¡Soy el que Soy... tú Sombra!
El poder que surge de conocernos nos da libertad, pero también lo podemos usar para dominar.
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El ejercicio de contemplación, correspondiente a la interpretación del trabajo de Hércules, lo pueden encontrar en:
Una vez en la página dar clic sobre el ángel.
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Imagen 1. http://troyarev.blogspot.mx/2011_01_01_archive.html
tan claro como el agua, pero aceptarlo duele y cuesta mucho. gracias mi maestro.
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