Imagen 1.
Son muchos los mitos donde aparece el símbolo solar sagrado por excelencia, y en los trabajos de Hércules no podía dejar de mencionarse, el águila es el símbolo áureo de la transformación a la totalidad. La vemos representada en diferentes formas, en picada, bicéfala y a un lado de Zeus en el Olimpo -ésta lo representa.
Ella cuida al iniciado en el sendero, siempre mirando desde los cielos, en todo momento acompañándolo, ahí... en silencio, esperando que el hombre le invoque para transformarse en el dios mismo presto a otorgar su ayuda.
En este trabajo las águilas también son seres mortíferos, aunado a ello están consagradas a Ares. Ellas son las pasiones desbordadas que en un momento dado experimentamos, excitantes, encadenantes, siempre sensuales y seductoras.
El hombre en cada periplo hacia la totalidad debería de escuchar a la sabia Atenea -símbolo de nuestro maestro (voz) interior-, que si la escucháramos no sucumbiríamos; no quiero decir que no tendríamos tales pasiones, sino por el contrario, las experimentaríamos como fuerzas constructoras de una férrea personalidad en equilibrio.
Un dicho árabe dice "qué sería de la vida sin las pasiones", alguien más mencionó "para dominar a la naturaleza hay que aprender a obedecerla"; la única manera es reconocerlas entregándonos a ellas conscientemente.
Heracles utiliza la estrategia de tocar los címbalos para sacar a los monstruos aéreos de su cueva -rodeada de pantanos y espesos bosques. El sonido de este instrumento representa la determinante voz interior, que algunas veces nos parece estruendosa, porque ella nos despierta en forma abrupta de nuestra ceguera espiritual.
Nuestros pensamientos concentrados, representados por las flechas, deben estar atentos siguiendo la disciplina que solo la voluntad y determinación pueden dar, para así poder triunfar en nuestra empresa.
Son las pasiones las que inflaman a nuestro espíritu dándonos impulso de experimentar, de transformarnos, nos ayudan a asirnos a la vida, soñar, volar a lejanos horizontes, encontrándonos ahí donde en un instante todo podemos ganar, o todo perder; incinerándonos a la manera del ave fénix para renacer.
¡Acaso un instante es menos efímero que la vida misma!
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El ejercicio de contemplación, correspondiente a la interpretación del trabajo de Hércules, lo pueden encontrar en:
Una vez en la página dar clic sobre el ángel.
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Fuentes
Imagen 1.http://www.artflakes.com/en/products/hercules-and-the-stymphalian-birds-1
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