Imagen 1.
Príapo*
Somos a la manera de monjes, ataviados del atuendo que creemos nos hace santos, cuando por debajo de éste, ávidos de insuflar nuestro sagrado líquido (esencia dadora de vida), a la manera de Príapo, nuestra conducta se torna penetradora, sin significado y sin el sentido más profundo (la unión). Sólo la ambición luciferina de la posesión.
Sin atrevernos a mirar nuestro ardiente deseo, pasando por alto lo que el otro pueda anhelar, creyéndonos dadores de la Dádiva Divina y otorgándola, sintiéndola como una gracia inmerecida que al otro podemos propinar.
¡Cuán oscuros y confusos anhelos, creyéndonos poseedores de la verdad que ni siquiera podemos vislumbrar!
¡Cuánta ambición y lujuria...!
¡Sí, nuestro lado más primitivo y oscuro!
Nos perdemos en el impulso de poseer sin obtener ningún significado, sin trascender, pero como dice la profesora Arlina Romero (al comenzar todos los días su clase), todos podemos aprender.
Aprender de una relación más profunda con nosotros mismos y con el otro nos llevaría a encontrar el significado profundo, en relación al noveno trabajo de Heracles, y sabríamos de el poder del cinturón de Hipólita, ¡sagrado regalo de Ares!
Dedicado a quienes construyen el mañana de una nación
formando hombres, nuestros maestros.
El décimo trabajo de Heracles
Imagen 2.
En el perfecto Cairos de nuestra existencia convergen los extremos en perfecta armonía; mas el hombre en el camino de su existencia se debate entre dos extremos, columnas estas que dan sentido al justo medio, sin estos extremos el dinamismo psíquico no generaría vida, condenándonos a una existencia plana, sin sentido, sin pasión, sin una historia llena de experiencias no tendríamos sentido ni identidad.
El camino es largo y lleno de peripecias que nos prueban quiénes somos, de qué estamos constituidos, ¿somos férreos o débiles?, si nuestro propósito es sostenible, si merecemos el sagrado remanso que se experimenta con cada lección aprendida, si nuestro propósito de vida es una efímera quimera.
Sin el pilar del rigor y la misericordia no hay sabiduría; uno frente al otro estos se encuentran, de ahí la metáfora, en África y España.
Experiencia, saeta certera que nos muestra el camino hacia la toma de conciencia, de un solo golpe en nuestro costado nos despierta; morimos como Gerión a nuestra inconsciencia.
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El ejercicio de contemplación, correspondiente a la interpretación del trabajo de Hércules, lo pueden encontrar en:
Una vez en la página dar clic sobre el ángel.
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Fuentes
Imagen 1. http://homotography.blogspot.mx/2011/08/photography-spotlight-anthony-gayton.html?zx=563f829f70f63217
Imagen 2. http://board.postjung.com/m/661227.html
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* En la mitología griega Príapo es un dios menor rústico de la fertilidad, tanto de la vegetación como de todos los animales relacionados con la vida agrícola, y un personaje puramente fálico**. Era adorado como protector de los rebaños de cabras y ovejas, de las abejas, del vino, de los productos de la huerta e incluso de la pesca.
** Los símbolos fálicos en la religión, hablando antropológicamente, se refieren a la adoración ritual del pene humano por defecto. Han sido encontrados estos referentes en muchas culturas milenarias como la India, Sumeria y la Grecia Antigua.